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MINIMALISMO VS. MAXIMALISMO EN EL DISEÑO DE INTERIORES ¿CUÁL ES MEJOR?

Estas dos corrientes aplicables a distintas disciplinas artísticas, han estado vigentes en el interiorismo por años, son dos polos opuestos que con mucho o “poco” pueden transformar distintos espacios.

Lograr un estilo minimalista o maximalista bien logrado, no es tan sencillo como poner cosas de más o de menos, se necesita conocer el espacio, los recursos que se pueden aprovechar, el estilo a seguir, incluso adaptar el lugar desde su arquitectura y acabados, ya que ambas corrientes de diseño toman los detalles como algo importante.

EL MINIMALISMO EN EL DISEÑO DE INTERIORES.

Esta tendencia inició en los años 60 como forma de nivelar la balanza en una época en la que la intensidad del Pop Art estaba en la cima, y fue en la década de los 70 que ya gozaba de gran popularidad.

Dicha corriente de diseño toma formas simples y aprovecha los espacios abiertos y colores neutros; su lema “menos es más”, busca crear áreas tranquilas y que tengan lo necesario para funcionar correctamente; sin que carezcan de beneficios pero tampoco acumulen objetos o adornos que no tengan una funcionalidad.

Por lo general en el minimalismo lo que tiene más importancia es el diseño arquitectónico y de interiores más que la decoración puesta en él. Las formas y los materiales son sofisticados para que eso sea el centro de atención, por ejemplo: unos ventanales grandes o unas escaleras de cristal.

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Las superficies en las casas minimalistas son más lisas, aunque a muchas personas les puede parecer que las paredes así son frías y prefieren las texturas. Una forma de añadir estilo a los muros sin perder la sofisticación, es con recubrimientos discretos y elegantes; el catálogo de Novelio ofrece diseños desde patrones sobrios y geométricos básicos, hasta terminados de decoración con efectos más naturales y cálidos.

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La iluminación es clave en los interiores minimalistas, la luz natural principalmente es la que la llena de vida, sumado con algunas plantas que además de ser decorativas, son benéficas para el aire. Por eso los ventanales, tragaluces, puertas de cristal, etc. son piezas de diseño y sustentabilidad que forman parte de los mejores diseños. Las instalaciones eléctricas también están presentes para los momentos de oscuridad, pero siempre de forma discreta.

En cuanto a tonos, el blanco siempre será la base y el color predominante, ya que además de darle luz, amplía la visión que se tiene del espacio, brinda armonía y relaja a los que entran.

EL MAXIMALISMO EN EL DISEÑO DE INTERIORES

Esta tendencia toma muchas más libertades que el minimalismo, aquí se celebra la diversidad y variedad de todos los elementos. La yuxtaposición de corrientes artísticas y de diseño está presente en estos espacios, pero para hacerlo bien hay que tomar inspiración y evitar que el proyecto se salga de las manos.

Al contrario del minimalismo, esta corriente no deja muchos espacios en blanco, y el uso de texturas, patrones, colores y materiales es bienvenido para crear un ambiente ecléctico mas no desorganizado, ya que todos los elementos puestos en una casa maximalista, fueron escogidos antes de ser comprados.

Los muebles son parte innegable al decorar, desde formas, colores o incluso épocas; aquí convive un sillón capitonado antiguo con una silla rústica y una mesa de diseño moderno. El departamento de Mónica Geller en Friends es un claro ejemplo de un hogar maximalista.

 

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Ambos estilos son muy atractivos cuando se les dedica tiempo para que queden justo como se desea, ninguno es mejor que otro, sólo depende del tipo de espacio que se diseñará. El minimalismo es la mejor forma de aprovechar habitaciones pequeñas, especialmente con muebles delgados y de colores neutros o texturas equilibradas; el maximalismo queda mejor cuando se cuenta con un amplio espacio, donde la colocación de los muebles, adornos, telas y pintura no parezcan sofocantes.